síndrome de ojo seco

 

¿Qué es el síndrome de ojo seco?

El síndrome del ojo seco es una afección ocular crónica que ocurre cuando los ojos no producen suficientes lágrimas para mantener la superficie ocular hidratada y saludable.

El diagnóstico de un síndrome de ojo seco generalmente comienza con un examen oftalmológico completo. El médico también puede realizar un examen de lágrimas para evaluar la cantidad y la calidad de las lágrimas. Además, el médico puede realizar pruebas de sensibilidad de los ojos para determinar si hay inflamación o irritación.

Síntomas

Los síntomas del síndrome del ojo seco incluyen sensación de sequedad, ardor, picazón, enrojecimiento, dificultad para ver, irritación, visión borrosa, y sensibilidad a la luz.

Causas y factores de riesgo

El síndrome de ojo seco se debe principalmente a la disminución de la producción o el aumento de la evaporación de lágrimas. También puede ser causado por una inflamación de los ojos, alergias, el uso de lentes de contacto, la exposición a aire acondicionado seco o al humo, la edad avanzada y algunos medicamentos.

Tipos

Existen dos tipos principales de síndrome de ojo seco: el síndrome de ojo seco primario y el síndrome de ojo seco secundario. El síndrome de ojo seco primario se produce cuando las lágrimas no son producidas en suficiente cantidad o no están compuestas correctamente, mientras que el síndrome de ojo seco secundario se debe a una enfermedad o condición subyacente.

Prevención

Para prevenir el síndrome de ojo seco, es importante mantener una buena higiene ocular, evitar la exposición a aire acondicionado seco o al humo, usar gafas de sol al aire libre, limitar el uso de lentes de contacto y buscar tratamiento para alergias o enfermedades oculares subyacentes. También es importante beber suficientes líquidos para mantener los ojos hidratados.

Tratamiento

Los tratamientos para el síndrome de ojo seco pueden incluir gotas para los ojos, parches para los ojos, medicamentos orales y cirugía. También se pueden usar terapias naturales como la acupuntura, la dieta y los suplementos.

Las intervenciones quirúrgicas para el síndrome de ojo seco a menudo implican reconstruir la glándula lagrimal o aumentar la producción de lágrimas. Algunas cirugías incluyen injertos de tejido conectivo, implantes de lágrima artificial o cirugía de pestañas.